lunes, 9 de febrero de 2009

20 MÁXIMAS FREIREANAS Y UNA REFLEXIÓN PERMANENTE1. Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho 2. Una visión de la alfabetización que va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado 3. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos 4. Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo 5. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando 6. Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad 7. Enseñar exige saber escuchar 8. Nadie es, si se prohíbe que otros sean 9. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación 10. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión 11. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo 12. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa 13. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación 14. El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas 15. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos 16. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre 17. La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio" 18. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra 19. Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concientización 20. La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACION del hombre. No siempre es fácil sepultar a nuestros muertos... la presencia de la ausencia nos va volviendo más capaces ... Nadie que sufra una pérdida sustancial continúa siendo el mismo de antes. La reivindicación es una exigencia de la vida.
Su pensamiento
Paulo Freire es el educador más reconocido en el llamado Tercer Mundo. Su experiencia pedagógica ha inspirado a un sinnúmero de maestros y maestras que han aplicado sus principios, sus métodos y sus técnicas en innumerables proyectos educativos que se articulan directamente con procesos sociales más amplios. He aquí algunos de los elementos de su propuesta:
El centro del trabajo de Freire está orientado a la liberación de las clases pobres, los oprimidos, de forma que se conviertan en sujetos de su propio destino histórico, pues la condición de opresión en la que han vivido les ha distorsionado su visión alrededor de su identidad lo que los ha incapacitado para construir su propio destino y además han sido condenados al silencio porque no conocen la escritura.
Devolverles la palabra a los oprimidos requiere de una institución escolar democrática y centrada en el educando, que estimule la formación de una conciencia crítica en él, impulsora de transformaciones sociales. Es decir, que Freire propone una refundación política y científica de la educación y de la escuela tradicionales.
En su libro “La educación como práctica de libertad” parte de una propuesta pedagógica liberadora, que rompe con los esquemas de la práctica pedagógica dominante, perpetuadora de la opresión. Esta nueva pedagogía propone una experiencia dialógica y antiautoritaria, es decir, elaborada con una coherencia entre principios y métodos. Allí dice que las personas han nacido para comunicarse entre ellas, pero esto solo es dable en una sociedad con condiciones políticas, sociales y económicas justas.
Se requiere una filosofía de la educación que piense desde el oprimido y no para el oprimido. Una educación encaminada a romper la cultura del silencio, una educación concebida como una acción cultural dirigida al cambio, a través de la concienciación de las personas por medio de la alfabetización, cuya primer alcance es lograr que las personas aprendan a pronunciar sus propias palabras y no a repetir las palabras de otros. Por medio de la comunicación legítima, a través del diálogo, el individuo se transforma en sujeto constructor de su propia historia.
La praxis pedagógica de Paulo Freire se fundamenta en 5 dimensiones que se relacionan de forma dialéctica y que al mismo tiempo se reelaboran continuamente:
La axiológica, dimensión fundante, pues los fines y valores de su propuesta educativa está orientada a la búsqueda de la humanización de hombres, mujeres, sociedades y mundo a través de un proceso transformador y liberador de las condiciones opresoras.
La dialógica, entendido el diálogo como factor instituyente de una democracia legítima, tanto en las relaciones intersubjetivas y pedagógicas como en las políticas. En este sentido el diálogo es entendido como instancia racional y afectiva de comunicación horizontal, y en la que se crea y re-crea la dimensión humana de hombres y mujeres.
La política, esta dimensión considera la inexistencia de la neutralidad en la labor educativa. La educación no puede ser abordada como un problema técnico, puesto que es allí donde se desarrolla la concienciación crítica de las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales en las que viven las sociedades.
La gnoseológica, asume que la formación de sujetos críticos y auténticamente autónomos requiere, necesariamente abordar política y científicamente la educación como un acto de conocimiento.
La metodológica, en esta dimensión, es necesario comprender que abordar la educación como un acto de conocimiento es aprender a construir, de-construir y reconstruir los métodos, las estrategias de enseñanza-aprendizaje y las didácticas con las se trabaja en la cotidianidad pedagógica.
La propuesta metodológica de Freire puede designarse como la asunción de una actitud problematizadora permanente, pues nunca pretendió construir un sistema teórico-pedagógico definitivo, y puede decirse que el suyo fue siempre un pensamiento vital en continuo movimiento y evolución, y es así como Freire construye una concepción pedagógico-política con una perspectiva holística, es decir con visión totalizante pero abierta, que por su misma naturaleza no puede dar lugar a dogmatismos ni menos derivar en fundamentalismos, puesto que la teoría se ve continuamente modificada en forma interactiva por la práctica y la experiencia cotidiana. En actitud de permanente “repensar su práctica”, admitiendo críticas y autocríticas, su praxis pedagógica fue recorriendo el camino que va de la opresión a la esperanza y desde la concienciación a la autonomía, en el que nunca se pierde su concepción de alteridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario